
Dijo el amigo de la casa BB Contempomi: ... "no podía dejar de pasar y expresar mi apoyo por tamaño emprendimiento que, no va a ser apreciado por el "hombre masa" del que hablaba José Ortega y Gasset, pero ese precisamente es el filtro divino que nos permite ser el selecto grupo que hoy lo acompaña y que -no puedo decir siempre- lo entiende en sus intrincados pensamientos. Un abrazo grande"...
Entonces, Don Obón, aunque hoy no lo convoque, y ya sepa que no va a venir, le hablo a su fantasma que sabe por que camino van los míos:
Abrazado al anacronismo que caracteriza mi andar en estas páginas, parpadeé largo, abrí los ojos y me ví … sentado en la mesa de las “catacumbas” lugar donde solíamos jugar unos terribles campeonatos de truco mientras miles de muchachos correctos se empeñaban en aprender a mantener el orden establecido a través de esa retaguardia de la ciencia que es el Derecho. Sentado en esa mesa conocí la cara de Bob Marley, iba estampada en una remera blanca que lucía el Chavo, excelente jugador de truco, pésimo alumno y previsible puntero derecho de un equipo de fútbol universitario. En ese mismo edificio, escaleras arriba, de la boca de un innombrable ex-ministro de (in) Justicia escuché hablar en términos elogiosos de “La Rebelión de las Masas” y de José Ortega y Gasset, quien sorprendentemente no eran dos personas sino una sola (¡Qué problema Víctor Hugo si hubiese jugado en el mismo equipo que Moreno y Fabianesi!). Mi dermatológica bronca al profesor asesino de guante vaya-a-saber-de-que-color hizo que por carácter transitivo le tomara idea al filósofo español. En esos días (1983) si hubiese andado por ahí Ernest Hemingway seguro escribía un libro titulado “Buenos Aires era una fiesta”; en esos días se escuchaba “La Maza” del disco “Unicornio”, San Lorenzo volvía a la “A”, había otro Maradona, y aprender sobre la “masa” era más divertido y, todavía estoy seguro, más “pedagógico” leyendo “Fahrenheit 451” de Bradbury o “El Rinoceronte” de Ionescu, y claro pasaban muchas cosas más importantes que todos sabemos o podemos consultar en los libros, porque ya somos historia, por lo menos como “masa”.
¿Y el fútbol? No aparece todavía, ya forzaré la interpretación, pensaba escribir 3 renglones y voy por la segunda página; dialogar con los recuerdos es abrirse a un mundo de probabilidades, no hay matemática de la trayectoria.
Muchos años después relacionaría la palabra “masa”, o “masificación”, casi automáticamente con la obra “Masa y Poder” de Elías Canetti (…“el fenómeno más importante que se produce en el interior de la masa es la descarga. Antes de ella, la masa no existe propiamente: solo la descarga la constituye de verdad. Es el instante en que todos los que forman parte de ella se deshacen de sus diferencias y se sienten iguales”…); aunque siempre, pero siempre me viene a la cabeza el poema “Masa” de César Vallejo, y cada vez que lo leo es como leerlo por primera vez. Antes de empezar a “tejer” quisiera decir que desde hace unos días quedé “pegado” a aquella historia de la “guerra del fútbol”, se puede ver por aquí abajo por ejemplo con los afiches de la peli “Rollerball”, y en lo que estuve hablando al éter afirmándome en la delantera “Benedetti-Dalton-Viglietti”, y todo se mezcla y uno hace un esfuerzo por darle un sentido dialéctico, quiero decir hacer dialogar todos los animales que uno lleva dentro (cada cual con su vida salvaje), y darse cuenta que con no tanto esfuerzo se puede partir desde el comentario del amigo BB Contempomi hasta llegar a dos golazos de Teófilo Cubillas; es la perplejidad y la alegría de descubrir que 2 + 2 pueden ser cuatro, o cinco, o menos 73, o la raíz cuadrada del cubo de 451, o “un pato a la naranja”.
Entonces pensaba todo eso, y busqué, porque tuve que buscar, busqué alguna insignificancia para hablar de fútbol, y la pelota iba desde las once neuronas de mi hemisferio izquierdo cerebral hacia las once del hemisferio derecho y llegó, inesperada, siempre inesperada como la muerte que le llegó a Roque Dalton en las calles de San Salvador y que según Mario Benedetti en "A Roque" esa muerte no supo que hacer con tanta vida, tanta vida que "él anda aquí” según la “Daltónica” de Daniel Viglietti; y ya supe que Dalton fue uno de los pocos que escribió sobre la “guerra del fútbol”; y supe que Benedetti era el autor del epígrafe que luce el libro “Sueños de fútbol” sobre Valdano; y supe que Viglietti es una especie de clon del Flaco Menotti; y por fin supe que el poema “Masa” es del peruano César Vallejo uno de los mejores de América y del Mundo y que es tan peruano como lo es Teófilo Cubillas uno de los mejores de América y del Mundo. Ese Cubillas que en el año 1978 corríamos por la calle Florida con uno de mis 10 hermanos, Charlie Johnny Was, al grito de: “¡Pará Pedrófilo! ¡Firmanos un autógrafo!”, y Teófilo se cagaba de risa debajo de un impecable sobretodo de cuero negro y de la garúa porteña. El mismo que hacía unos días le había metido a Escocia dos de los goles más lindos que ví en mi vida, repitiéndose a sí mismo, dejando en claro que los genios no se andan con casualidades, y en los televisores los escoceses vestían camisetas negras (¡rarísimo!, aunque eran azul oscuro, ni eso sabíamos) y el árbitro que andaba de rojo (superrarísimo, eso lo sabíamos porque no éramos tan sordos); y mientras Cubillas metía los golazos, el innombrable ex ministro de (in) Justicia no era “ex” sino que practicaba el horror en forma implacable, y la masa que comía (comíamos) pasto (o mierda) en las tribunas y en las calles, no sabíamos o no queríamos saber, lo que el ministro practicaba permitiéndolo, y repitiéndolo años después sin decirlo y citando orgullosamente a Ortega y Gasset el ex ministro no sabía que yo pensaba “¿cómo mierda había cometido el error de conocer a Bob Marley cuando ya hacía 2 años que se había transformado en inmortal?”, y sentía que “llegaba siempre tarde donde nunca pasa nada”. Y al fin un día supe que Ortega y Gasset se tuvo que ir de España por la Guerra Civil, esa misma de la que habla César Vallejo en su libro “España, aparta de mí este cáliz”, libro en el que incluye su poema “Masa”.
Y por esas razones (o caprichos) lo transcribo, porque habla de muchas cosas que aunque aparecen como extrañas o sórdidas, seguro masticándolo verán su lado iluminado:
"Al fin de la batalla, ..."
Bué está por allá abajo, ya saben que el orden de estos blogs son raros, son como leer manga.
Queda inconcluso, es tarde, tal vez demasiado tarde, los pensamientos siguen, cada cual el suyo ...
...Como un cisne, salvaje ...
Nos vemos en la lucha.
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Aníbal Florencio Ramello Arenas... GRAN AMIGO Y COMPAÑERO... nunca escuché tantas historias de vida.. SOS UN GRANDE..
ResponderEliminarFdo. Áspero
Brother (and Friend) Áspero:
ResponderEliminarSalga más, escuche, disfrute de este maravilloso planeta, y sabrá de tantas historias como pares de ojos hay (..."salvo los tuertos, es natural"...) Y verá que siempre, siempre, las más interesantes son las del pequeño mundo propio.
Un abrazo, gracias por dejarme saber que pasó por aquí.