domingo, 6 de octubre de 2013

Paul Breitner, el jugador Kaya de la semana

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Lugar: Anibalplanet

Domingo. El jugador de la semana (by Kaya Rastaman)

Paul Breitner

Fue Campeón de la Eurocopa 1972 a los 21 años.
Fue Campeón del Mundo 1974 a los 23 años, ejecutó el penal que empató el partido (se llegó a saber también que los grandes jugadores indicados para patear usaron la “zweig flaggen” y dejaron al pibe maoísta tomar la  linda responsabilidad).
No jugó el Mundial 1978, nadie cuenta exactamente por qué, hay muchas versiones.
Fue Sub-Campeón del Mundo 1982, convirtió el único gol alemán de la final


(Sigue comentario anti-feisbuc)

Paul Breitner no visita este registro solo por haber sido un gran jugador de fútbol, o porque haya deslumbrado mis sentido futbolístico en el Mundial 1982; está aquí porque en los ‘70s lo vi en una fotografía en El Gráfico en la que detrás de él en su habitación lucía una impecable imagen del Che Guevara en un afiche (obviamente tiene que haber sido un número de El Gráfico anterior a 1976 y no pude encontrar esa foto gugleoboludeando, si aparece con Mao, personaje de la historia que los medios pueden tergiversar mucho mejor que al Che).
¿Cuántos jugadores exponen sus ideas políticas “problemáticas” ante los ojos de los sponsors y el mundo del fútbol? (mundo del fútbol que lamentablemente entrado el siglo XXI sigue siendo homofóbico, machista, fascista, racista y ya imparablemente individualista y, cada vez más y hasta el infinito, mercantilista).

Hasta que vi esa foto sentía terrible antipatía por Breitner (era hincha de Holanda y de Johan Cruyff, y Breitner me opacó el festejo), pero leer esa nota, aún siendo muy chico (9-10 años), me hizo sentir que ese peludo y desprolijo, defensor en aquel tiempo, llevaba la misma rebeldía que sentía en mis propias venas.
Luego me tocó ver el Mundial 82, siempre prestaba especial atención a los que jugaban en el puesto que me gusta jugar; los había excelentes, los que me acuerdo ahora: Ardiles, Giresse, Robson, Tardelli, Sócrates-Toninho Cerezo-Falcao, y ¡¡¡Breitner!!! Quien resultaba que ahora (1982) jugaba en el mediocampo.

Breitner hacía todo bien. Siendo zurdo usaba la diestra muy bien (rara avis hoy día), organizaba, ponía pierna, quitaba, cerraba, acompañaba al ataque y volvía, jugaba y hacía jugar, no equivocaba ningún pase y siempre parecía elegir la mejor opción, asistía y metía goles.

¡Qué jugadorazo!


(Aparte tenía ese look particular que lo hacía muy visible, en aquellos tiempos los jugadores todavía eran “personales” (que no es lo mismo que ser “individualistas”), se peinaban según sus pasiones o sus costumbres y cantaban los goles dando saltitos, levantando una mano o un puño o llenándose la boca de la palabra gol, no hacían coreografías ridículas entrenadas en la semana para la TV)
Lo último que voy a decir hoy sobre el compañero Paul es lo siguiente (tiene una pequeña introducción, dos puntos): a los que nos gusta este juego sabemos que a medida que se avanza en la cancha los tiempos se acortan, los espacios se achican y los ángulos se dificultan (la geometría exige más técnica, más precisión y más rapidez eléctrica en esa pelota de fútbol que llevamos puesta un poco más arriba de los hombros, ¡ojo! eso no significa más velocidad en las piernas), por eso no es raro que los jugadores a medida que avanzan en su carrera vayan retrasando su posición a un puesto cada vez más atrás en el campo, desde más atrás se ve mejor el partido, la experiencia puede suplantar lo que el inexorable paso del tiempo hace en el cuerpo de un deportista (por ejemplo, ya no necesitará fuerza o velocidad, ya que debería tener lo que se llama “timing”). Bué, nuestro amigo convocado hoy a este registro impresentable que me gusta hacer, Paul Breitner, hizo el recorrido inverso; empezó jugando de marcador lateral, pasó luego al mediocampo a organizar los equipos en los que jugó (siempre-siempre logrando campeonatos y buen juego) y terminó su carrera como un líbero exquisito delante de la línea del mediocampo.

Admirador del Che y de Hô-Chí-Minh; muchacho preocupado por ver triunfante a Vietnam (y derrotado al imperio asesino de niños), lector de Marx, Lenin y Mao; trasnochado y bebedor infatigable (al final de su carrera ostentaba una pancita de origen indudable), fiestero y contestador del poder y de sus lame-culos y come-mieldas (teléfono Beckenbauer), te saludo desde este insignificante espacio de la world-wide-web y te proclamo el jugador de esta semana y de todas las que vengan aunque no seas nombrado.
Abrazo.
Kaya Rastaman


(la inmunda wikipedia en español 3 renglones, en inglés un poco raro, en portugués algo copiado del francés, el italiano muy bien pero estrictamente estadístico; les transcribo un cachito en francés que es la más picante)

Un personnage controversé
Breitner, par sa personnalité, son franc-parler et son caractère fut un footballeur particulièrement controversé. Anticonformiste, il avait posé sur une photo lors de ses débuts aux côtés d'un portrait de Mao, déclarait lire Lénine et Marxet afficher une sympathie pour Che Guevara. Considéré par le New York Times comme un "héros de la contre-culture allemande", Breitner sera néanmoins à de nombreuses reprises critiqué par les médias et le public pour ses frasques, son style de vie et son appât du gain souvent en contradiction avec les positions et les convictions qu'il affichait. Son salaire élevé, son goût pour les voitures de sport de luxe et ses prétentions salariales et les primes qu'il exigeait de la DFB et du Bayern Munich seront aussi critiqués par la presse. En 1982, il accepte même de se raser la barbe pour 150 000 DM offerts par une compagnie de cosmétiques.

Joueur caractériel, il n'a pas hésité à fustiger entraîneurs et coéquipiers et clubs dans lequel il a joué tout au long de sa carrière. Il a ainsi déclaré qu'Udo Lattek était l'entraîneur "ayant le moins d'autorité en Bundesliga", que Beckenbauer était le "fossoyeur du football" après sa prise de fonction à la tête de la sélection nationale et insultait publiquement Jupp Derwall, entraîneur-adjoint de la sélection en 1978. Il avait aussi critiqué le côté "nouveau riche" du Bayern Munich en 1974 et l'amateurisme de l'Eintracht Braunschweig, club pour lequel il avait joué une seule saison en 1977-1978. Volontiers provocateur, il publia un livre avant la Coupe du Monde 1982, où il fustigeait ce qu'il considérait être les travers du foot.
Les contradictions du personnage et sa réputation sulfureuse ne lui permettront pas d'exercer par la suite une carrière d'entraîneur dans le football. En 1998, il est nommé sélectionneur de l'équipe d'Allemagne de football mais ne reste que 17 heures en poste devant le refus de nombreux officiels de travailler avec lui. Il travaille désormais comme chroniqueur dans les journaux et comme commentateur télé. Selon son coéquipier de l'équipe d'Allemagne Harald Schumacher, la résistance physique de Breitner était telle que lors de la Coupe du monde de football 1982, il écumait les boîtes de nuit, se saoulait, mais le lendemain matin, ne ratait pas une passe à l'entraînement. Il a aussi marqué dans deux finales de coupe du monde en 1974 et en 1982, un record qu'il partage avec les Brésiliens Vavá et Pelé et le Français Zinédine Zidane.

Au revoir

Kaya


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