Lugar: Anibalplanet
Domingo. El jugador de
la semana (by Kaya Rastaman)
Paul Breitner
Fue Campeón de la
Eurocopa 1972 a los 21 años.
Fue Campeón del Mundo
1974 a los 23 años, ejecutó el penal que empató el partido (se llegó a saber
también que los grandes jugadores indicados para patear usaron la “zweig
flaggen” y dejaron al pibe maoísta tomar la
linda responsabilidad).
No jugó el Mundial 1978,
nadie cuenta exactamente por qué, hay muchas versiones.
Fue Sub-Campeón del
Mundo 1982, convirtió el único gol alemán de la final
(Sigue comentario
anti-feisbuc)
Paul Breitner no visita
este registro solo por haber sido un gran jugador de fútbol, o porque haya
deslumbrado mis sentido futbolístico en el Mundial 1982; está aquí porque en
los ‘70s lo vi en una fotografía en El Gráfico en la que detrás de él en su
habitación lucía una impecable imagen del Che Guevara en un afiche (obviamente
tiene que haber sido un número de El Gráfico anterior a 1976 y no pude
encontrar esa foto gugleoboludeando, si aparece con Mao, personaje de la historia
que los medios pueden tergiversar mucho mejor que al Che).
¿Cuántos jugadores
exponen sus ideas políticas “problemáticas” ante los ojos de los sponsors y el
mundo del fútbol? (mundo del fútbol que lamentablemente entrado el siglo XXI
sigue siendo homofóbico, machista, fascista, racista y ya imparablemente
individualista y, cada vez más y hasta el infinito, mercantilista).
Hasta que vi esa foto
sentía terrible antipatía por Breitner (era hincha de Holanda y de Johan Cruyff,
y Breitner me opacó el festejo), pero leer esa nota, aún siendo muy chico (9-10
años), me hizo sentir que ese peludo y desprolijo, defensor en aquel tiempo,
llevaba la misma rebeldía que sentía en mis propias venas.
Luego me tocó ver el
Mundial 82, siempre prestaba especial atención a los que jugaban en el puesto
que me gusta jugar; los había excelentes, los que me acuerdo ahora: Ardiles, Giresse,
Robson, Tardelli, Sócrates-Toninho Cerezo-Falcao, y ¡¡¡Breitner!!! Quien
resultaba que ahora (1982) jugaba en el mediocampo.
Breitner hacía todo bien. Siendo zurdo usaba la diestra muy bien (rara avis hoy
día), organizaba, ponía pierna, quitaba, cerraba, acompañaba al ataque y
volvía, jugaba y hacía jugar, no equivocaba ningún pase y siempre parecía
elegir la mejor opción, asistía y metía goles.
¡Qué jugadorazo!
(Aparte tenía ese look
particular que lo hacía muy visible, en aquellos tiempos los jugadores todavía
eran “personales” (que no es lo mismo que ser “individualistas”), se peinaban
según sus pasiones o sus costumbres y cantaban los goles dando saltitos,
levantando una mano o un puño o llenándose la boca de la palabra gol, no hacían
coreografías ridículas entrenadas en la semana para la TV)
Lo último que voy a
decir hoy sobre el compañero Paul es lo siguiente (tiene una pequeña introducción,
dos puntos): a los que nos gusta este juego sabemos que a medida que se avanza
en la cancha los tiempos se acortan, los espacios se achican y los ángulos se
dificultan (la geometría exige más técnica, más precisión y más rapidez
eléctrica en esa pelota de fútbol que llevamos puesta un poco más arriba de los
hombros, ¡ojo! eso no significa más velocidad en las piernas), por eso no es
raro que los jugadores a medida que avanzan en su carrera vayan retrasando su
posición a un puesto cada vez más atrás en el campo, desde más atrás se ve
mejor el partido, la experiencia puede suplantar lo que el inexorable paso del
tiempo hace en el cuerpo de un deportista (por ejemplo, ya no necesitará fuerza
o velocidad, ya que debería tener lo que se llama “timing”). Bué, nuestro amigo
convocado hoy a este registro impresentable que me gusta hacer, Paul Breitner,
hizo el recorrido inverso; empezó jugando de marcador lateral, pasó luego al
mediocampo a organizar los equipos en los que jugó (siempre-siempre logrando
campeonatos y buen juego) y terminó su carrera como un líbero exquisito delante
de la línea del mediocampo.
Admirador del Che y de
Hô-Chí-Minh; muchacho preocupado por ver triunfante a Vietnam (y derrotado al
imperio asesino de niños), lector de Marx, Lenin y Mao; trasnochado y bebedor
infatigable (al final de su carrera ostentaba una pancita de origen indudable),
fiestero y contestador del poder y de sus lame-culos y come-mieldas (teléfono
Beckenbauer), te saludo desde este insignificante espacio de la world-wide-web
y te proclamo el jugador de esta semana y de todas las que vengan aunque no
seas nombrado.
Abrazo.
Kaya Rastaman
(la inmunda wikipedia en
español 3 renglones, en inglés un poco raro, en portugués algo copiado del
francés, el italiano muy bien pero estrictamente estadístico; les transcribo un
cachito en francés que es la más picante)
Un personnage
controversé
Breitner, par sa
personnalité, son franc-parler et son caractère fut un footballeur
particulièrement controversé. Anticonformiste, il avait posé sur une photo lors
de ses débuts aux côtés d'un portrait de Mao,
déclarait lire Lénine et Marxet
afficher une sympathie pour Che Guevara.
Considéré par le New York Times comme un "héros de la
contre-culture allemande", Breitner sera néanmoins à de nombreuses
reprises critiqué par les médias et le public pour ses frasques, son style de
vie et son appât du gain souvent en contradiction avec les positions et les
convictions qu'il affichait. Son salaire élevé, son goût pour les voitures de
sport de luxe et ses prétentions salariales et les primes qu'il exigeait de
la DFB et
du Bayern Munich seront aussi critiqués par la
presse. En 1982, il accepte même de se raser la barbe pour 150 000 DM
offerts par une compagnie de cosmétiques.
Joueur caractériel, il
n'a pas hésité à fustiger entraîneurs et coéquipiers et clubs dans lequel il a
joué tout au long de sa carrière. Il a ainsi déclaré qu'Udo Lattek était
l'entraîneur "ayant le moins d'autorité en Bundesliga", que Beckenbauer était
le "fossoyeur du football" après sa prise de fonction à la tête de la
sélection nationale et insultait publiquement Jupp
Derwall, entraîneur-adjoint de la sélection en 1978. Il avait aussi
critiqué le côté "nouveau riche" du Bayern
Munich en 1974 et l'amateurisme de l'Eintracht Braunschweig, club pour lequel il
avait joué une seule saison en 1977-1978.
Volontiers provocateur, il publia un livre avant la Coupe du Monde 1982, où il
fustigeait ce qu'il considérait être les travers du foot.
Les contradictions du
personnage et sa réputation sulfureuse ne lui permettront pas d'exercer par la
suite une carrière d'entraîneur dans le football. En 1998, il est nommé
sélectionneur de l'équipe d'Allemagne de football mais
ne reste que 17 heures en poste devant le refus de nombreux officiels de
travailler avec lui.
Il travaille désormais comme chroniqueur dans les journaux et comme
commentateur télé. Selon son coéquipier de l'équipe d'Allemagne Harald
Schumacher, la résistance physique de Breitner était telle que lors de la
Coupe du monde de football 1982, il écumait les boîtes de nuit, se saoulait,
mais le lendemain matin, ne ratait pas une passe à l'entraînement. Il a aussi
marqué dans deux finales de coupe du monde en 1974 et en 1982, un record qu'il
partage avec les Brésiliens Vavá et Pelé et le
Français Zinédine Zidane.
Au revoir
Kaya
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