Los textos de este blog fueron escritos para entretener a unos 30 muchachos que juegan al fútbol en forma amateur, no pretenden ser escritos literarios, ni siquiera crónicas deportivas. Si Ud. ha ingresado en forma accidental o por curiosidad, tenga en cuenta que tal vez no entienda los "chistes internos" que los relatos contienen. Todos los comentarios que hagan serán considerados un halago aunque incluyan, por ejemplo, la palabra "mierda".
Se ha hecho una recopilación a pedido de algún lector perezoso que no desea navegar por todo un blog para encontar "La columna de Kaya" en www.???????.blogspot.com/ sitio en el que se "publicaron" originalmente.
En el blog http://www.nejimakilascuatroydiez.blogspot.com/ podrán ver algunas de las referencias que utilicé para escribir estos textos (es decir, de donde carajo me copié, si es que todavía Ud. no se había dado cuenta).
Les mando un abrazo interminable, gracias por leer y que la pasen salvaje.
K.R.
“Semifinal” by K1.- Con un marco de ansiedad y nerviosismo, el último sábado en la cancha 4 del Hipódromo José de Sanmartín, se jugó una de las semifinales por el ascenso a la categoría A de la Liga de Interprofesionales de Posadas. La previa lo fue todo. Del lado de los Dogos, se observó gran expectativa respecto a la clara chance que tenían. En los días anteriores, se podía ver a la mayoría de los D, sumamente concentrados a fin de alcanzar el tan ansiado triunfo que los colocaría en la primera división, y les daría la primera estrella a vestir en la ya tradicional Macovalle. Así las cosas, y en los instantes previos al partido, los dogos se mostraban unidos y concentrados, con buen ánimo y con la fé puesta en la posibilidad de conseguir la victoria. El único resultado posible a esas alturas era ganar, ya que la ventaja deportiva era de los Escribanos, con lo que el Equipo D se veía obligado a salir a obtener el resultado positivo a como dé lugar. El equipo fue el de siempre, el que venía jugando todos los partidos previos y que venía cosechando resultado importantísimos con la única ausencia del número 5, quien debió ausentarse por problemas personales. Así las cosas, los dogos salieron a la cancha con una actitud tibia. Frente a ellos tuvieron un equipo ordenado en todas las líneas que salió a jugar un partido de forma más que inteligente, elaborando minuciosamente cada jugada de ataque. A ello se sumó el orden en el marcaje a los jugadores del D que podían hacer la diferencia. Con ese juego inteligente, los escribanos obtuvieron el dominio absoluto del balón y consiguieron manejar el partido a su gusto y paladar. Por contrapartida los dogos (que hasta el momento venían obteniendo buenos resultados pero sin convencer en un 100%) se mostraron desorientados y por sobre todas las cosas excesivamente nerviosos. Y hasta se observó a algún líder de tribu con la necesidad de una operación de coronaria, la que no se pudo realizar por falta de recursos de los asistentes médicos. Lógicamente, con tamaño marco y diferencia, el desenlace fue inevitable. Antes de los primeros diez minutos los escribanos obtuvieron un mano a mano, un tiro en el travesaño y dos centros punzantes. Seguido a lo cual se vino la apertura del marcador y luego de un par de minutos el 2 a 0. Partido liquidado. Y realmente fue esa la sensación, la de que se habían terminado todas las ilusiones, todos los sueños y esperanzas que por más de 5 meses los dogos vinieron gestando. El resto del partido fue nada más que una anécdota. Un tercer gol de los escribanos -gritado por todo el colegio Santa María-, un gol del 10 dogo, un penal malogrado por el goleador absoluto de la categoría B, un pelado que no entró y finalmente un cuarto gol que sentenció el partido y mandó a dormir a todos los D. La desazón invadió al grupo. Se vieron hasta cosas místicas en el banco, supercherías como los clavos que parecían haber trancado las piernas de los D, tirados quizás por algún ser de cabeza prominente y apetencia por las Sras. Mayores, en fin puros cuentos. Esta vez la historia no terminó con alegría. Caras de nada, sentimientos encontrados, e inclusive las ganas de irse para ni si quiera tomar las esperadas Stellas, Bramhas y Buds tan amadas por los D. Ello sumado a la sensación haber sido derrotados por un equipo superior desde el banco. Pero el grupo D, como buen grupo que es, enseguida dejó de lado la ínfima experiencia vivida y se unió en un abrazo fraternal con su amigo para apoyarlo y contenerlo en su momento de dolor. Luego todo el sentimiento de derrota se esfumó. El D se dio cuenta de que 1 a 0 o 4 a 1 o 1 a 1 no es importante, sino que lo importante es mantenerse unido, frente a todo y frente a todos y que lo que realmente los pone en donde esta es la amistad que los une y no un partido de fútbol. Luego se vinieron Olejnik, Buds, votaciones, etc. y el claro sentimiento de que los Dogos están vivos y van a seguir dando pelea...
Seguimos hasta la muerte!!!.
ResponderEliminarPor fin un blog actualizado papaaaaaa.
Un abrazo nos vemos el sabado
Pablo
“Semifinal” by K1.-
ResponderEliminarCon un marco de ansiedad y nerviosismo, el último sábado en la cancha 4 del Hipódromo José de Sanmartín, se jugó una de las semifinales por el ascenso a la categoría A de la Liga de Interprofesionales de Posadas.
La previa lo fue todo. Del lado de los Dogos, se observó gran expectativa respecto a la clara chance que tenían. En los días anteriores, se podía ver a la mayoría de los D, sumamente concentrados a fin de alcanzar el tan ansiado triunfo que los colocaría en la primera división, y les daría la primera estrella a vestir en la ya tradicional Macovalle.
Así las cosas, y en los instantes previos al partido, los dogos se mostraban unidos y concentrados, con buen ánimo y con la fé puesta en la posibilidad de conseguir la victoria. El único resultado posible a esas alturas era ganar, ya que la ventaja deportiva era de los Escribanos, con lo que el Equipo D se veía obligado a salir a obtener el resultado positivo a como dé lugar.
El equipo fue el de siempre, el que venía jugando todos los partidos previos y que venía cosechando resultado importantísimos con la única ausencia del número 5, quien debió ausentarse por problemas personales.
Así las cosas, los dogos salieron a la cancha con una actitud tibia. Frente a ellos tuvieron un equipo ordenado en todas las líneas que salió a jugar un partido de forma más que inteligente, elaborando minuciosamente cada jugada de ataque. A ello se sumó el orden en el marcaje a los jugadores del D que podían hacer la diferencia. Con ese juego inteligente, los escribanos obtuvieron el dominio absoluto del balón y consiguieron manejar el partido a su gusto y paladar.
Por contrapartida los dogos (que hasta el momento venían obteniendo buenos resultados pero sin convencer en un 100%) se mostraron desorientados y por sobre todas las cosas excesivamente nerviosos. Y hasta se observó a algún líder de tribu con la necesidad de una operación de coronaria, la que no se pudo realizar por falta de recursos de los asistentes médicos.
Lógicamente, con tamaño marco y diferencia, el desenlace fue inevitable. Antes de los primeros diez minutos los escribanos obtuvieron un mano a mano, un tiro en el travesaño y dos centros punzantes. Seguido a lo cual se vino la apertura del marcador y luego de un par de minutos el 2 a 0. Partido liquidado.
Y realmente fue esa la sensación, la de que se habían terminado todas las ilusiones, todos los sueños y esperanzas que por más de 5 meses los dogos vinieron gestando.
El resto del partido fue nada más que una anécdota. Un tercer gol de los escribanos -gritado por todo el colegio Santa María-, un gol del 10 dogo, un penal malogrado por el goleador absoluto de la categoría B, un pelado que no entró y finalmente un cuarto gol que sentenció el partido y mandó a dormir a todos los D.
La desazón invadió al grupo. Se vieron hasta cosas místicas en el banco, supercherías como los clavos que parecían haber trancado las piernas de los D, tirados quizás por algún ser de cabeza prominente y apetencia por las Sras. Mayores, en fin puros cuentos.
Esta vez la historia no terminó con alegría. Caras de nada, sentimientos encontrados, e inclusive las ganas de irse para ni si quiera tomar las esperadas Stellas, Bramhas y Buds tan amadas por los D. Ello sumado a la sensación haber sido derrotados por un equipo superior desde el banco.
Pero el grupo D, como buen grupo que es, enseguida dejó de lado la ínfima experiencia vivida y se unió en un abrazo fraternal con su amigo para apoyarlo y contenerlo en su momento de dolor. Luego todo el sentimiento de derrota se esfumó. El D se dio cuenta de que 1 a 0 o 4 a 1 o 1 a 1 no es importante, sino que lo importante es mantenerse unido, frente a todo y frente a todos y que lo que realmente los pone en donde esta es la amistad que los une y no un partido de fútbol.
Luego se vinieron Olejnik, Buds, votaciones, etc. y el claro sentimiento de que los Dogos están vivos y van a seguir dando pelea...
K1.-